Salvad a la última
S ostendría Pereira, como mantengo yo, que las casas tradicionales más guapas de este bello barullo de comarcas están en el Bierzo , las Cabreras , Maragatería y Laciana . Por ahí mandan el esquisto, la losa y la pizarra. En la Montaña central y oriental se dan otra facha y tienden las casas a cuadrilongas y tacañas de ojos, aleros o hermosura, a excepción de Sajambre y Valdeón donde entró mejor la coquetería rural asturiana con ancha visera, corredor de tender ropa o mazorcas, entrada a cubierto bajo portal de viga, hórreo al lado y todos esos detalles y tiestos que hacen bellas a tantísimas casitas aldeanas del Pincipau.
También son guapas no pocas casas de ribera y hasta de la anchísima costa del adobe y el tapial, pero solo se ponen guapas padentro en caso de tener patio o corral interior con corredor a la solana haciendo soportal; pero pafuera son generalmente chatas de fachada por no dar que hablar, ni que mirar. Y así, las casas de un pueblo se parecían antes sin desatarse en especiales envidias y, a vista de pájaro, nadie sobresalía ni la gente se daba el pisto haciéndose casas pirulonas de tejas azules.
La casa tradicional seguía un patrón: cuadras abajo o al lado, vivir encima, corral detrás, pequeño huerto al fondo y muros apoyados en el vecino. Pero desaparecidos estos usos, sino extinguidos ya, las pocas casas que se rehabilitan se obligan a desfigurar todo su interior para que entre ahí la ciudad y sacaerles un salón del gallinero y un garaje en las cuadras. Pero alguna casa debería quedar intacta en su vieja traza y utilidad, tal cual, que nadie la toque, que sea una huella en ese pueblo de cómo se vivió, la cuna de todo. Las casas que aún se vean así deberían declararse patrimonio común y yacimiento fósil a respetar intacto (sin duda un día serán lugar de peregrinaje para buscadores de lo auténtico). Untamientos , putaciones y ajuntas deberían salvar en cada pueblo la última que quede (en tantos ni queda ya) porque habrá que permitir al bisnieto que vea algo por sí mismo sin que se lo cuenten, que por ahí te cuelan el fake y las fantasías.