Morirse de otra cosa
Que la salud de los ciudadanos sea motivo de agria disputa habla de los parámetros éticos en que se mueven quienes entran en el ejercicio de semejantes prácticas. Máxime si, como consecuencia, utilizan dos varas de medir, doble moralidad: todo cuando hay de bueno en el sistema me pertenece; defectos y malas praxis son asunto de los otros. Olvidan los ejercientes de tal maquiavelismo el significado de las transferencias sanitarias, que en esta Comunidad tienen ya un notable recorrido temporal.
Hace unos días el Mandamás Supremo del engendro autonómico, cada día más desigual, descaradamente centralizador y tendencioso, acompañado del Vocero Mayor del Reino, el Vicemandamás, hicieron balance de los dos años al frente del asunto. Sonaron trompetas, címbalos y clarines anunciando maravillas, los campos sembrados de algodones de azúcar, los ríos de miel que nos llevan al paraíso, la multiplicación de los elixires de la abundancia… Una verdadera agencia de la publicidad narcisista y egocéntrica. Se nota que no pisan la calle o la pisan con palmeros haciéndoles la ola.
Tampoco deben de tener bien cogido el pulso del sentir ciudadano sobre los asuntos de la salud. Decía un responsable popular que la Junta ha sido «la tabla de salvación para la provincia durante la crisis sanitaria…». No entro en ningún juicio sobre el asunto, porque la pandemia pilló a todos con el paso cambiado y el culo al aire. Todo intento de comprensión es poco, pero por parte de todos. Otra cosa bien distinta es lo que está sucediendo, cuya casuística, además de abundante y dolorosa, sacaría los colores al más pintado: el trato a los profesionales de la salud, sonrojante en muchas situaciones, denuncias, falta de servicios y asistencia en el caso de dolencias que no se diagnostican o agravan, problemas paralelos derivados, altos porcentajes de personas con falta de médicos en los consultorios… Con no poco humor negro, oí esto a un paciente de situación delicada: «Esto es morirse de otra cosa, no se sabe de qué… A ver si acaba el gintonic entrando por la SS para llevar mejor el trago». Mientras, el Vocero Mayor del Reino, paladín de las verdades absolutas en todos los charcos, iba en contra (11 de mayo) del relato del Procurador del Común sobre la situación sanitaria. El triunfalismo militante del Vicemandamás sigue apostando por la contraria a todo el mundo, menos a los chiringuitos que tanto denostaba. Otro más, reciente.