Sancti Grafiti

Ciudades y pueblos compiten por lucir el grafiti mural más alto como quien dice una catedral picuda o por tenerlo más largo como quien dice el pijo; hay rivalidad municipera ahí, igual que en el pique entre Orense y Vigo por ver quién enciende primero la bombillita navideña metiéndole villancico al ferragosto playero. Modas rabiosas las dos, pero de tontas y atrevidas tienen un rato largo. Si una empuja al despilfarro eléctrico y al calambrazo que hoy da el recibo de la luz, en la otra cabe un poquito de ingenio quizá, algún Banksy o asombro, pero también asombra, atosiga o irrita su sentimentalismo facilón, el grandonismo barato, el colorín horteraza... y tanto plagio, enguarre a embute o spray merengao, sobre todo si lo paga un untamiento, una unta o el untador comercial, pues esos murales nacen con un solo objetivo: propaganda... exaltada siempre y sin vergüenza alguna tantas veces... es decir: vender... y un interés bien claro: pintar doctrina es mejor que escribirla, mil palabras van en una sola imagen; ni el mejor filósofo compite ahí, aunque algún pintatriz va también de pensador y estampa citas... ajenas,

Sancti Grafiti, ora pro nobis.

Pero confiamos en la ley de la inclemencia y, así, el sol irá mordiendo y matando colores, lluvias y hielos lavarán más pronto que tarde la cara de indio pintado de las casas maqueadas, el viento después lijará el brochazo craquelando o esfoliando y, finalmente, un gris al galope se adueñará del tema, justicia poética se dice. ¿Las dejarán morir como Dios manda o habrá que reastaurarlas cada poco con más dinero al canto y al cuento?; ¿y por qué recuerdan tanto al infantilismo de llenar de pósters la habitación?; ¿está saltando a edificios la manía obsesiva de los tatuajes?... y antes de estas plantaciones pintureras ¿se pide opinión a los vecinos que han de soportar esas gracias que ahora ya son vulgaridad?... demasiado a menudo la pared blanca es preferible... pero insolencias y dictaduras se cuelan ahí al ver alcaldes que hacen lo mismo con sus esculturitas, mobiliarios y caprichos ornamentales.