El lobo, a sus anchas
Una orden ministerial que incluye a los lobos en el listado de especies silvestres en régimen de protección especial ha sido el último mazazo que recibe la España rural. Conocidas las costumbres del lobo esta decisión que pone en peligro a la ganadería delata el profundo desconocimiento del campo que tienen los urbanitas del Gobierno.
Y llama la atención que Luis Planas, el ministro de Agricultura que en febrero estaba con los ganaderos, ahora calle y no se atreve a decirle a la vicepresidenta Teresa Ribera algo tan fácil de entender como que el lobo no es el lince. Que no está en peligro de extinción y que, tratándose de un mamífero carnívoro, tiene por costumbre matar para comer y lo hace todos los días y, en no pocas ocasiones, a costa de ovejas, cabras y cuantos animales domésticos encuentra a su alcance. Hasta quince mil ataques de lobos se registraron en 2020.
La declaración de especie protegida apareja la prohibición de la caza y prohibir la caza del lobo es un error que traerá consecuencias nefastas para los ganaderos de las comunidades del norte de España. Una manada suele estar compuesta de media docena de lobos, pero en algunos casos llegan hasta veinte. En Castilla León se calcula que hay alrededor de 200 manadas, en Galicia se estima que pasan de 70 y entre Asturias y Cantabria pasarían de 30. En nuestro país no existe un censo fiable del número de ejemplares de este mamífero carnívoro pero se calcula que pasan de los 2.000 acercándose a los 2.500. No corre peligro de extinción por lo que la orden que conlleva la prohibición de cazar al lobo tendrá como consecuencia directa el aumento de ejemplares de esta especie.
Algunos gobiernos autonómicos, caso de Castilla y León, Asturias y Cantabria anuncian recursos contra la disposición ministerial. En Galicia también lo están estudiando. Conocida la profunda ignorancia de lo que es la vida rural y el notable auge de ideas «buenistas» en relación con la conservación de la fauna, el futuro de dichos recursos es incierto. Lo hemos escrito alguna otra vez: el lobo visto en la pantalla oculta lo que hace este depredador cuando se apagan los focos de la televisión.