Editorial | Universalizar la educación gratuita es un impulso real para la conciliación

El evidente problema poblacional que sufre en estos momentos España, con unas tasas de envejecimiento que se agravan cada año, tiene unas causas entre las que resultan fundamentales las complicaciones que padecen las familias para tener hijos. Las tantas veces anunciadas ayudas a la natalidad no han llegado a tiempo y la realidad es que la conciliación es un reto complicado en el que tampoco han sido suficientes los apoyos desde las instituciones. Muchas veces nos gusta compararnos con el entorno europeo y en este tipo de asuntos, de bienestar social, España sigue muy lejos de las políticas puestas en marcha en los países nórdicos. Entre las asignaturas pendientes está el problema de la educación de los niños de 0 a 3 años, un verdadero quebradero de cabeza para muchas familias, tanto por la falta de plazas suficientes en muchos lugares como por los costes que genera esa insuficiencia de matrículas en centros asequibles.

Castilla y León será pionera en la puesta en marcha de la gratuidad escolar para los niños de 2 a 3 años. El presidente Alfonso Fernández Mañueco confirmó que en un año estará en marcha. Pero quedan muchos asuntos por concretar sobre cómo se pondrá en funcionamiento. De momento, ya surge la duda sobre el papel de los establecimientos municipales o privados que cuentan con un buen número de profesionales a los que no sería justo dejar al margen.

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