Otro chiringuito

El PSOE ha encontrado el modelo para equilibrar el territorio y va a crear un chiringuito. Se llamará Fundación Reino de León y se sumará a todos los que ya existen como agencias de colocación y canalizaciones para distraer lo que no quieren que veamos. Es como Ignacio Cosidó, que ayer se aburrió de cobrar por hacer de asesor y no asesorar nada, aunque a lo mejor es que Mañueco se hacía un puro con los  briefings  sobre despoblación que le escribía el ex de la Policía.

Sería bueno que Tudanca hiciera como el presidente y se atara al mástil (cesarles a petición propia) para evitar los cantos de sirena que le aconsejan a base de despistes, pero los políticos creen que todo se arregla con hacer un tejadito para cuatro listos que hoy te defienden una cosa y mañana la contraria. Es la naturaleza del medre, que sólo entiende de coherencia en la pobreza. Después... pues que una cosa es la utopía y otra el posibilismo que la realidad del cargo te obliga a adoptar. Por eso nos aconsejan desconfiar de los que sobrepasan los 30 años, que a esa edad los que no han conseguido convertirse en asesores están demasiado cabreados y los que sí, comulgan lo que les echen.

Será prestoso comprobar el proceso por el que el adelanto electoral cambiará la nomenclatura y comenzaremos a oír hablar de descentralizar instituciones. Es la melodía del engaño, que ya es lenguaje oficial para los trepas, los mismos que se asustan de que el pendón del Autonomismo Leonés se haya arriado en el 50% de municipios de la provincia.

La Fundación no es más que un caballo de Troya, igual que las Cortes o las Consejerías. No se engañen: la inteligencia de esta comunidad artificial no se moverá de Valladolid. No tienen más que escuchar a Óscar Puente, que se ha puesto a la política orgánica y ya ha echado un capote a su jefe: «Entiendo la frustración y angustia que se siente en León, pero eso no se va a mejorar con una consejería». Antes se unían y descosían reinos para que ningún príncipe se quedara sin tierra.