Cinco lobitos, más o menos....
La falta de rigor científico es un mal común que se extiende hasta el punto de que se vea ya algo normal. Todos somos vulcanólogos, biólogos marinos, agentes medio ambientales, ingenieros de montes y veterinarios. Pero bueno, no pasa nada, somos unos simples mortales que tratamos de defender de oídas aquello que nos parece más correcto. El problema es cuando esos debates traspasan la barra del bar y llegan al escenario político, como el que se escenificó el otro día en Santander para sacar toda la artillería contra la decisión del Gobierno central de incluir al lobo en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespre). Los consejeros de Medio Ambiente de las comunidades de Castilla y León, Galicia, Asturias y Cantabria, las llamadas comunidades loberas, se reunieron para diseñar la estrategia judicial con la que tumbar la orden ministerial que brinda desde ya al lobo y que impide su caza en todo el territorio nacional. Al encuentro, también acudieron representantes delos dos sectores más afectados por esta situación, las organizaciones ganaderas y los cazadores. Ni rastro de ningún representante de la comunidad científica, para qué....En su discurso final, las comunidades defiende que sus planes de gestión, donde los controles poblacionales, que en el caso de Castilla y León y Cantabria se han hecho a través de la caza, han propiciado lo que todavía algunos no alcanzamos a entender, un aumento de poblaciones en todos los territorios, todo sin el menor informe independiente, repito, ¡independiente!, que no se lo saquen de manga para la ocasión, que avale que realmente hay un incremento de las poblaciones que suponga una amenaza para la ganadería extensiva.
Pero como bien dije antes, la falta de rigor científico llega a las más altas esferas, y aquí tampoco se escapa la ministra Ribera, que ha dicho que lo primero que va a hacer la Estrategia Nacional del Lobo, que precede a su protección, es encargar un censo nacional para ver cual es el estado real de la especie. ¿Perdona?, ¿A estas alturas de la película no sabemos a ciencia cierta cuántos ejemplares hay de una especie a la que desde un lado se pone la etiqueta de amenazada y por otro de en expansión?. Pues sí, señores y señoras, ese es el nivel.