Quién manda en el sol y el viento

De toma y daca y luego toma de nuevo va el tema de la implantación de las nuevas plantas de energía renovable que aspiran a colonizar los territorios rurales. El polémico asunto acaparó, otra vez, parte del pleno de las Cortes de Castilla y León con el Grupo Socialista enervado porque, afirman, la desregulación del sector puede llevar a la ruina patrimonial y natural de Castilla y León, al dejar la instalación de plantas eólicas y fotovoltaicas al albur de la gestión privada y sin dar participación a los habitantes del medio rural a la hora de fijar criterios de localización. Por supuesto, la respuesta del consejero de Economía, Carlos Carriedo, apuntó directamente a la ministra Teresa Ribera, a quien apela la administración autonómica para resolver la intrincada cuestión. Y ella, perdida en asumir por qué su revolución verde depende del libre albedrío de quienes deciden cuándo ofertar el sol y el viento en el mercado mayorista de la electricidad. Tanto venderse en ser la primera en apagar el carbón y ahora mira.