Editorial | Productos de León: el doble valor de la calidad y del impulso a un sector clave
Aplazada como consecuencia de las restricciones de todo tipo que impuso la pandemia, la capital recupera desde hoy la tradicional Feria de los Productos de León, una cita histórica —alcanza su vigésimo séptima edición— no sólo para el pujante sector agroindustrial de la provincia, sino en general para la sociedad leonesa, que la tiene marcada a fuego en su calendario anual.
Casi un centenar de productores ocuparán los stands del Palacio de Exposiciones en un certamen que no sólo es un homenaje recíproco entre los que mantienen vivo nuestro sector primario y los paladares de los miles de leoneses que hasta el próximo martes, día 12, pondrán exhibir y saborear todo lo de que la pandemia los privó, si bien las precauciones sanitarias todavía mantendrán en suspenso las actividades paralelas, como las exhibiciones culinarias.
La marca Productos de León, que este año, de manera muy certera, convoca a la cita bajo la invitación de Reivindica lo nuestro , nació en el año 1994 de la mano de la Diputación con el objetivo de promocionar la producción agroalimentaria de calidad de la provincia y de potenciar el medio rural y los sectores agrícola y ganadero, así como el de la transformación.
La oferta gastronómica acogida bajo el paraguas de esa marca inconfundible tiene en su nómina más de 500 referencias de productos agroalimentarios que exhiben este sello de garantía de calidad junto a los de los dieciséis certificadores entre denominaciones de origen, identificaciones geográficas protegidas y marcas de garantía.
Las cifras recogidas en el magnífico suplemento especial que hoy acompaña a este periódico dan cuenta de la magnitud de un sector que emplea a 14.000 personas en medio millar de empresas productoras y transformadoras que cerraron el año pasado con más de 187 millones de euros en valor de las exportaciones.
Es necesario, más si cabe en las actuales circunstancias, convencer a la sociedad de la importancia de consumir los productos de cercanía, por calidad, por supuesto, pero también porque generan empleo en un sector con un fuerte potencial de crecimiento que además se asienta en el medio rural, donde es la alternativa más solvente para fijar población. La apuesta por los pueblos para desarrollar su actividad convierte a nuestros productos agroalimentarios en el más sólido pilar para sustentar e impulsar la recuperación laboral y económica.