Editorial | Adif no puede permitirse más retrasos en la urbanización del entorno de Feve

Con dos meses de vacaciones estivales por medio, que se suman a otros tres previos por un recurso y un nuevo olvido del expediente en los cajones del Ministerio de Transportes, Adif acaba de dar cuenta de la comunicación relativa a la composición de la mesa de contratación para la urbanización de entorno de la estación de Feve.

Esa cita del próximo día 26 deberá abrir las propuestas económicas planteadas por los licitadores de un proyecto que se gestó en 2017, pero que durante tres años permaneció guardado en los despachos. Y una vez adjudicadas, las obras deberán estar terminadas en el plazo de diez meses. Si esos tiempos se cumplen —sobre lo que caben razonables dudas a la vista de los precedentes—, el Ayuntamiento de León recibirá al mismo tiempo la obra de integración de la línea ferroviaria, lista desde principios de 2018 y convertida desde entonces en un paseo peatonal que no evitó su visible deterioro.

La inagotable paciencia de los leoneses en este tema —y eso sin entrar ya en más valoraciones sobre la chapuza de la integración de la alta velocidad— queda de nuevo expuesta a la diligencia de los técnicos y a la voluntad política de hacer que efectivamente se cumplan los plazos.

Otra cuestión, mucho más compleja de resolver, es el regreso de los trenes, con final de línea en el apeadero de La Asunción, a la estación de Matallana, de donde desaparecieron hace diez años. Y, claro, la normalización del servicio, con nuevos convoyes y los medios técnicos y el personal necesarios para que Feve pueda prestar el servicio que históricamente dio a esa parte de la provincia y sobre el que los leoneses tenemos pleno derecho a seguir exigiendo.