Diario de León

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M ucha gracia hacía que, siendo tan chiquita aquella prenda que llevábamos a la escuela los más críos, la llamaran mandilón , que suena como exagerando su origen, mandil . ¿Se le sigue llamando así o ya sólo vale babi? A lo que ya nadie llama porque ni se le ve es al blusón masculino, aquella camisola volada, fruncida y abierta que fue tan usual en tratantes y feriantes, su traje de faena, blusón generalmente negro que con soles y lavados se agrisaba. Los últimos que se vieron por aquí los vestían en Adonías quienes atendían las mesas.

Si desciende de blusa , lógico que sea blusón al ser más grande, pero lo de aquel mandilón tan chiquitín, y nacido de un mandil que yo veía mucho más grande, se me descuadraba, como se descuadran hoy muchos si llamas a una bata guardapolvos (pelotas tuvo el que lo bautizó así), guardapolvos que siempre fue revestimiento ritual de tenderos, ferreteros y tasqueros con decoro. La palabra bata quedaba más ceñida a la condición femenina y otras servidumbres, aunque siendo blanca era más cosa de médicos, enfermeras, farmacias, ópticas o laboratorios.

Todo este enredo palabril vino por una observación de Otavito: ¿os fijáis en que hoy todo todo bar pif y restaurante tontín viste a sus camareros con aparatoso mandil generalmente negro con correajes de cuero, hebillas aparatosas, remaches y liosas ataduras, mandil como de herrero en fragua o curtidor?... ¿y negra u oscura también el resto de vestimenta?... ¿estarán de luto por habérsele muerto el cerebro a su cocinero o es sólo porque la tela oscura disimula la mierda mucho mejor que el blanco antiguo exigido en hostelería por ser el mejor notario de la limpieza o pulcritud del establecimiento?... ¿por qué se empeñan todos en vestir hoy mandil de afilador o fundidor?... ¿qué mensaje nos dan?... ¿no hay vida ni ideas más allá de plagiarse y ser rebaño?... en fin, que Otavito casi añora aquellos camareros que conoció en el Capitol , el Novelty , el Isma y otros más que llevaban largo mandil blanco de la cintura al talón... y de manípulo, la servilleta.

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