La lucha unida jamás será vencida
La lucha leonesa vuelve a los pueblos. Es el deporte del arraigo a esta tierra. La ejemplaridad interna debe ser el camino a tomar para que la unidad favorezca su progreso, a la vez que ilusione a una afición que ha sufrido demasiadas guerras de guerrillas entre sus dirigentes, que en favor del cinto y de la maña se tienen que quedar ya en el pasado.
La Diputación anuncia que aflojará de inmediato ese cinto que tanto aprieta a la disponibilidad económica de la lucha leonesa. Ángel Rivero está en combate por tirar de la lucha. Se atisban buenas ideas y se trabaja, con entusiasmo, para un futuro mejor de nuestro principal deporte autóctono, tan poco favorecido por las nuevas formas de vida que tienden a despoblar el campo, origen y cuna de la lucha leonesa. La lucha leonesa necesita del medio rural y los pueblos de la lucha. ¿Qué sería de la lucha sin el apoyo de los ayuntamientos y juntas vecinales? ¿Qué sería también de esos pueblos, ya sea de ribera o de montaña, sin disputar su corro el día de su fiesta patronal?
La lucha leonesa es el orgullo del pueblo leonés. La unidad manda, porque la unión hace la fuerza y la lucha.