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Editorial | Activarse para recuperar lo rural

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Es tiempo de oportunidades para el mundo rural. Nunca tuvo un altavoz como ahora tan relevante para poner de manifiesto los problemas que han puesto en cuestión su propia supervivencia. Los mensajes escuchados en el III Congreso sobre Despoblación, organizado por el Diario de León, también estuvieron marcados por ese cambio de tendencia. Las cosas probablemente siguen igual de mal. Pero existe una opción para conseguir que sean distintas. Como defendió el presidente de la Diputación, Eduardo Morán, el mundo rural se mira ya con otros ojos y eso debe aprovecharse. Aunque de manera evidente llega la necesidad de que se apueste en firme por activarse, por poner en marcha iniciativas reales que combatan un conflicto que se extiende por buena parte del panorama nacional. Y ahí adquiere especial valor las palabras del consejero de Agricultura y Ganadería, Jesús Julio Carnero: «No es un problema local, requiere un gran acuerdo comunitario».

Acercar inversiones y conseguir una aceleración del trabajo institucional, a través del municipalismo, son vías en las que en el fondo está todo por avanzar. Siendo realistas, es de justicia admitir que hasta el momento se ha hecho bastante poco para combatir de verdad la despoblación y sólo desde las instituciones locales y provinciales se ha avanzado, frente a un vacío nacional y europeo en el que urge que se concreten unos compromisos tan cargados de buenas intenciones como de volatilidad en cuanto los dirigentes regresan a sus despachos.

En el análisis científico de los datos, el director del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad Pompeu Fabra, Albert Esteve, fue duro. En principio, la despoblación es irreversible en los pequeños municipios, los de menos de 500 habitantes. Sólo con políticas activas que generen empleo y atraigan a los jóvenes será posible al menos frenar esas tendencias que tienen su raíz en el gran éxodo de 1951 a 1981, que lleva a ese envejecimiento que hace hoy inviable un nivel de nacimientos sostenible.

Pero en los municipios de mayor entidad existe un camino factible para evitar su desertización. Eso sí, reivindicar un futuro y conseguir implicar a los jóvenes con el territorio precisa mucho más empeño de la sociedad y de sus administraciones. Hoy, en el Congreso del Diario, estarán sobre la mesa de debate los diferentes sectores que tienen aún mucho que decir.

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