Editorial | Unanimidad por la sanidad que exige medidas en el PP para zanjar la crisis
El posicionamiento del Pleno de la Diputación de León contra la situación que vive la sanidad de la mano de la consejera Verónica Casado exige una lectura sin mayores dilaciones por parte del Partido Popular para que tome cartas en el asunto. Conocido es que no puede aceptarse dilatar los problemas a la espera de que se solucionen solos. Eso es una actitud cobarde, que acaba complicando las cosas y generando, en este caso nunca puede ser más evidente, perjuicios a los ciudadanos en asuntos tan fundamentales como la atención a su salud.
El problema de la sanidad —con la permanente polémica sobre la apertura o no de los consultorios que quizá eclipsa una marejada mucho más intensa— precisa una mayor implicación por parte de los responsables de la Junta. León se sumó ayer con ese voto unánime de todos los grupos a una postura claramente crítica hacia las políticas de Verónica Casado —consejera de la cuota de Ciudadanos— que ya se ha escuchado con claridad desde los representantes del Partido Popular en territorios como Zamora o Segovia. Insistir a estas alturas en la recuperación del plan de reestructuración ideado por la Consejería de Sanidad parece una torpeza. Es empecinarse en un camino que nadie apoya, por lo que debe reformularse sin buscar atajos para intentar ‘salvar la cara’ y evitar admitir lo que ha sido un claro fracaso.