Pensar, cantar...

Desanima mucho ver que en los nuevos planes educativos se recortan al límite o desaparecen asignaturas como  Filosofía ,  Cultura Clásica  o  Música .... ¿las mandarán quizá a Actividades Extraescolares?... ¿son materia innecesaria?... ¿es que no ven útil el Pensamiento que busca los porqués, la Belleza que nos viene por senda griega o la Geometría Musical de Bach o Chopin?... Seguramente no lo ven rentable; y tampoco es tan extraño en un tiempo que hace de lo feo arte, del pensamiento ocurrencia y de la música ruido rítmico de dale que te pego; y pega (a menudo ahostia).

Siempre se dijo  Primum vivere, deinde filosofare , lema del tripalari, aunque cualquiera sabe que si primero no se piensa, después se vive peor. Y ahora conectan el  deinde filosofare  con el barbarismo tecnológico y global que nos sirve al instante la idea conveniente a cada caso sin que tengamos que cocinarla para que, de esta forma, ya no haya que cambiar de camisa, sino de menú, hoy tan variado como como la lista de los diferentes géneros sexuales entre los que elegir opción o compañía de viaje. Dejar para después el filosofar, a la cola el pensar, es el camino ideal para crear gente sin opinión propia y sin hábito de dudar (lo que siempre busca el poder), un pueblo borrego que sólo gritará ¡pan! para ir al circo con bocadillo confiando en que lo demás vendrá dado... o resuelto con la garantía del sistema establecido.

Si la justicia, la belleza y la armonía se relegan como objetivo educativo, ¿sorprende la cifra de alumnos broncos, odiadores o joputas que no esperan a salir del aula para demostrarlo haciendo campar ya en ella su tiranía o violencia?... Y ahí va Sócrates esperando todavía (tal y como exige hace décadas) que la Música sea asignatura obligatoria de nota computable, así como cantar en un coro para aprender a concordar con los demás, pues lo que ya empieza a sobrar en esta vida colvulsa son solistas... y solistos... y porque alguien que filosofa, pinta o canta alcanza el sentido de comunidad y mayor olfato para lo horrísono y lo arbitrario.