Editorial | Buenas cifras del paro que invitan al optimismo pero también a la cautela
El descenso en octubre de la lista del paro en 534 personas respecto al mes anterior, que deja en 27.243 el número de desempleados, reafirma la tendencia positiva del comportamiento del mercado laboral en la provincia. La interpretación de la evolución debe hacerse desde la consideración de que el mes que realmente marca el inicio del otoño arroja tradicionalmente datos negativos. Y aunque no todos los sectores económicos se desenvuelven de la misma manera —agricultura e industria lastran esa evolución, mientras que servicios y construcción compensan el daño—, la realidad es que la provincia acumula ya ocho meses de descensos, que elevan a casi 4.700 el número de desocupados que se incorporaron a la actividad laboral en los últimos doce meses, con un porcentaje (14,26%) superior a la media de la comunidad autónoma y muy próxima a la de todo el país.
Sin embargo, y profundizando un poco más en el análisis, hay lecturas que deben atenuar el exceso de optimismo, como que servicios, con gran protagonismo en la provincia, acumula un excesivo porcentaje del paro y que la industria no consiga remontar al mismo ritmo que lo hacen otras actividades y siga perdiendo trabajadores.
Cae también el número de cotizantes en 656, si bien es cierto que también son 3.048 afiliados más que hace un año, y el de acogidos a los ertes, aunque la protección sigue amparando a 1.124 trabajadores en la provincia. Y pese a que se hayan recuperado los niveles de empleo previos a la pandemia, es previsible que la escalada de precios amenace el consumo y desactive la inversión, con más nubarrones en el horizonte como el encarecimiento de la energía, la anunciada crisis de suministros, las inquietantes dudas sobre la gestión de los fondos europeos y el efecto que para la actividad empresarial y el empleo pueda tener también la reforma laboral.