TERF, cisgénero y violadas

¿Dónde están las noticias de violaciones? ¿Ustedes las ven? ¿Dónde están las manifestaciones, las palabras elocuentes, la dialéctica contra el conservadurismo? ¿Dónde han quedado las declaraciones sobre las perspectiva de género en el Código Penal? Y, una pregunta ¿Se puede violar a un transexual ? Me da la impresión de que la lucha ya no va por el camino adecuado. No oigo hablar de violación y escucho en su lugar un eufemismo que lo hace aparecer más liviano: agresión sexual. La agresión tiene muchas perspectivas, recoge un abanico demasiado amplio como para poder ser utilizado en un asunto tan duro como este. Ya, ya se que siempre hay un abuso de poder, una voluntad de dominación pero, de verdad, no es lo mismo que te violen, que haya penetración, a que no la haya. 

Y no es baladí que se haga un totum revolutum porque lo que presenciamos es un borrado del cuerpo de la mujer, de todas las características que supone serlo, mientras se asiste con complacencia a un tipo de superfeminidad que choca de frente con las conquistas del feminismo.

Hay muchos tipos de mujer, pero esa imagen hipersexualizada de tantos transexuales no casa con la defensa de nuestra integridad y derechos. Es todo lo contrario. 

Y esa es una de las causas fundamentales —hay más— de que ya no se hable de violación, porque hay mujeres que pueden ser violadas y otras, no.

Si ni siquiera nos ponemos de acuerdo en qué somos, ¿Cómo sabremos la razón última por la que luchar? 

Este verano, una de las estudiantes en prácticas del periódico me denominó con el apelativo TERF (Feminista Radical Trans-Excluyente ) por mi postura —decía de manera equivocada— contra los transexuales.

La pregunta que deberíamos hacernos es por qué mientras se hacen leyes para las transgénero nos olvidamos de los derechos de las mujeres; deberíamos pensar hasta qué punto el concepto de mujer ha sufrido una erosión tal que casi nos hemos vuelto invisibles, incluso, cuando nos violan.