¡Gas y electricidad!
U n montañero asturiano de cuyo nombre no logro acordarme -dicharachero, recio y paisanu- nos contaba hace algunos años en una parloteada sobrecena en Bodega Regia que el brindis que hacía su abuelo por Navidad era invariablemente el mismo año tras año, todo un tirofijo que sonaba a extravagancia senil o a contradiós, pues se limitaba a exclamar con su copa en alto un lacónico ¡gas y electricidad! , incongruente en unos años 60 en que lo propio sería desear ¡petróleo! , oro negro que entonces empezó a parir petrodólares para que jeques y sultanes amasaran insultantes fortunas con lujos despepitados.
Mentes turrionas las de antes: ¡gas y electricidad!... qué gracia. Con la que hoy está cayendo fue normal acordarse de ese abuelo sin haberlo conocido, jodío profeta, qué visión... si le hubieran escuchado los dioses... o el ministro de Industria... Y hablando de turriones, también lo era el abuelo ardonés de nuestra querida Mariajosé por negarse siempre a sumar su copa al brindis navideño que le exigía la familia presente... ¡vamos, abuelo!... y él, ¡que no!... al menos este año, por una vez, jolín, abuelo... resolviéndolo de cuajo con la tradicional triple tesis cazurra que nos trajo a donde hoy estamos, ¡no, no y no! , y como disponiéndose a que alguno le preguntara el por qué para soltarle con gravedad su veredicto: porque ¡juntos sólo beben los bueyes! , como quien dice ¡aleja de mí a mansos y castrati!... Otro tipo interesante. ¿Nos profetizaba quizá un pueblo bebedor y boyal, ayuntao en cabezadas reverentes o amorrado al pilón?... pilón pilonero.
Del carro de la energía tiran aquí bueyes de culo redondón dando campo ancho a la aguijada que ahí les pincha y les azuza, aguijada extranjera argelina, noruega, francesa, qatarí, libia, rusa... ijada o aguijón contra el que no valen coces, sino ingenio, un intelectus apretatus con que aquel abuelo asturiano resucitaría, lo primero, el molino maquilero que también fabricaba luz; y hoy, un molino aerogenerador en lo cimero del pueblo, pero propiedad del concejo, de todos y... ¡electricidad!...