Editorial | Tormenta perfecta para el transporte, que da trabajo a 5.000 familias
Tienen mucha razón los transportistas cuando recuerdan que mientras hace apenas 20 meses eran considerados unos héroes, ahora sólo se les ha atendido al anunciar que toman medidas contundentes. Sus mensajes avisando que la progresiva subida del precio del gasóleo les llevaba a una situación insostenible no sirvieron de nada. Ni tampoco sus quejas por los planes para implantar unos peajes generalizados en las autovías, que penalizarán de manera notable su actividad. Ha sido el anuncio de que convocan una huelga en el sector, del 19 al 22 de diciembre, el que ha conseguido activar las cosas en el Gobierno. Son fechas decisivas, en vísperas de la Navidad, y con un impacto muy grave en la economía y en los hábitos tradicionales de las familias. Parece que la movilización —de la que se desmarcan los sindicatos al considerarla un cierre patronal— ha conseguido que la ministra de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, se muestre dispuesta a dialogar con ellos.
Sólo en la provincia, la influencia directa del transporte llega a la vida de 5.000 familias. De su actividad dependen la exportación de sectores fundamentales de la economía leonesa como pueden ser la agroalimentación o la pizarra. Y también la supervivencia de esos centros logísticos que se están consolidando como un nuevo yacimiento de empleo clave para el futuro de esta tierra. Por ello, con el transporte, la provincia se juega mucho más de lo que podría parecer a primera vista.
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