¡Venga un tirito!

Decía Arguiñano que lo mejor de Boris Johnson es su peluquero, aunque tendría derecho a pensar que esos pelos de aventao -que no se los pone el ir en moto sin casco como se conduce este jebo en política- obedecen a la coca detectada en 11 de los 12 lavabos del parlamento británico, incluso en el que está junto al despacho del propio presidente de esa Cámara que, viendo lo que no quisiera ver, se aprestó a denunciarlo a Scotland Yard sugiriendo incluso a la policía que meta perros adiestrados en el recinto para rastrear esos polvos de la risa y acabar olisqueando a los parlamentarios, aunque digan que la prensa usa también esos servicios cabiéndole lo mismo o más este vicio «distinguido».

¡Llamando a quorum!, se oye en los pasillos, ¡llamando a quorum!... ¡pues venga un tirito, diputao!, se oye en un lavabo aprestándose dos señorías a la llamada para entrar despiertos y embalados a la sesión, lo que podría explicar a menudo la verborrea incontinente y exaltada que sale de tribunas o bancadas, pues entre los efectos inmediatos de la coca destacan la euforia, el subidón energético, lo parlanchín y un estado mental de alerta, particularmente en relación a lo que se ve, se oye o se toca... o se sospecha, pues el encocado anda siempre sospechando que la peña se está metiendo una rayita sin él y eso malhumora lo indecible.

¿Será parecido ese consumo en nuestros parlamentos nacionales o autonómicos?... Arguiñano echaría una de sus risitas elocuentes sin decir nada más; en este caso la respuesta va antes que la pregunta y pesquisas similares también se hicieron con resultado parecido, razón por la que Sócrates exigiría que, lo mismo que los guardias de Tráfico están haciendo estos días de despitote navideño controles de su consumo entre los conductores, con muchísimo más motivo habrían de hacerse entre sus señorías, ya que en su caso no conducen un simple coche, sino a la nación entera en unas Cortes que son el vehículo en el que vamos todos... y si ya hay dos leones en el Congreso, ¿por qué no ha de caber también un perro?...