Editorial | Otro patrimonio que merece la pena conservar

Hace una década la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente inició un movimiento al que se han unido ya cientos de municipios del país, y al que ahora se sumará también el Ayuntamiento de León. Una propuesta para defender, a través de figuras efectivas de protección, a los árboles singulares y monumentales, de forma que sean preservados convenientemente como monumentos naturales, bien sea por su edad, tamaño, historia o rareza.

Una apuesta por la conservación del patrimonio arbóreo que obliga tanto a las administraciones responsables de los espacios públicos como a los propietarios privados en cuyos dominios se ubiquen estos ejemplares.

La norma, que en León toma forma de ordenanza actualmente en proceso de redacción, implica que los ejemplares que entren en el catálogo de protección no pueden ser talados ni dañados. Más allá, las fórmulas establecidas implican que serán los presupuestos municipales los que tengan que hacerse cargo de los gastos de conservación de estos elementos.

Ahora el consistorio deberá redactar un catálogo de los ejemplares que obtengan la condición de objeto de protección. Será también un buen momento para dar a conocer y poner en valor un patrimonio natural que parece perderse en el conjunto urbano. Una forma de sacar a la luz tesoros que no deben permanecer escondidos, mucho menos ignorados.