Panetone tolón
También las modas saben entrar por la boca y gracias a ello podemos disfrazar «a todo plato» las ganas de comer como «a todo trapo» lo hacemos en el vestir. Así es esta vida, que tiene más de carnaval o máscara (y mascarilla de amén) que de vivir y vivirla. Las ganas de zampar las vestimos hoy, según, de italianas pidiendo pizza, mañana de alemanas carbonizando salchichonas de barbacoa o pasado de peruanas en un cebiche que confundiremos con los crudipescados japoneses que cabalgan en mazacotes de arroz engrudo o van dentro envuelto todo en un alga-papel para engullirlo mejor sin tener que masticar como hacen los gaviotos y las cormoranas (el placer de paladear lento se extingue).
Y para carnavalito de cosa copiada, estas Navidades de hoy... ¡al belén, castores!... a roer estaca... Navidades de costumbres ajenas, comidas raritas, dulces inéditos, músicas de contradiós reguetero, decoraciones escandinavas, jerseys con renos... y hasta esos «ramos» tan nuestros que ni son nuestros ni deberían ser todos triangulares honrando al cura masón que los prefirió habiéndolos también rectangulares, arqueados, verticales... Navidad por un tubo chispeante de lucecitas que iluminan el destino universal de compras compulsivas que hoy nos uniforma a la especie y al planeta... ¿hay algo más ridículo -y descorazonador- que ver a un lampiño hongkonés vestido de papanoel con una esquila o a un bizarro congoleño cantar el Jingle bells en suahili?... pues lo hay y viene a ser el empeño en convertir en tradición española el panetone italiano, quizá porque no cuesta nada pasar de pizzabóbilis a panetóntilis. .. Milano cobra moda, caro amico; y bien caro va ese panetone copiando atraco; por eso le echan tanto envoltorio y celofán a la estafa... ¡¡¿30 euros, cinco mil pelas, por un bulto que no deja de ser una puta madalena con cosas, unas pasas y viruta de chocolate?!!... y cada panetone, hijo de su madre (si la tuviere).
Sócrates cenará este año en cá la nuera y hace de esto cuestión de gabinete: jamás panetone tolón-tolón en esa mesa, ¿no veis que es vírico?...