Editorial | Negociación necesaria para consensuar el PHD
Los regadíos modernizados de la provincia de León vuelven a tomar protagonismo como los más avanzados de Europa. Una delegación francesa ha tenido la oportunidad de conocer la gestión y el funcionamiento del sistema en la Comunidad de Regantes del Canal del Páramo de la mano de Prodeleco, como hace unas semanas lo hizo una representación extremeña, que tuvo como anfitrión al Sindicato Central de Los Barrios de Luna. Este tipo de iniciativas ofrecen la oportunidad de que se conozca fuera de nuestras fronteras el nivel de aprovechamiento de los fondos europeos para estas infraestructuras que han revolucionado en las últimas décadas la agricultura leonesa. Con gran parte de los objetivos cumplidos —aunque sigue habiendo compromisos pendientes cuya reivindicación no puede relajarse—, los regadíos de la provincia se enfrentan ahora a una difícil encrucijada con el desarrollo del Plan Hidrológico (PHD) que regirá la gestión del agua de la cuenca del Duero a partir de 2022. El desencuentro con la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) es patente y así se ha hecho público en las últimas semanas. Son dos visiones antagónicas sobre las prioridades de los recursos hídricos del territorio, con una versión, la de CHD, claramente conservacionista, frente al planteamiento de los regantes que defienden el uso del agua para la producción de alimentos, con millones de euros invertidos de su propio bolsillo para optimizar la rentabilidad de la tierra. Es obvio que urge abordar el acercamiento de ambas posturas por el bien del mundo rural leonés.