Si no le gustan mis principios...
...Tengo otros. La Unión Europea, haciendo gala de la filosofía de Groucho Marx, prepara un truco para hacer frente a la crisis energética sin renunciar, al menos sobre el papel, a su ambicioso programa de transición ecológica. Propone que las inversiones en energía nuclear y gas natural se consideren sostenibles y conformes a los principios verdes del nuevo escenario climático y de emisiones que intenta diseñar.
Un malabarismo que ya no puede salvar al carbón, pero sí a las otras dos grandes fuentes energéticas que hasta ahora se consideraban igualmente dañinas para el medio ambiente y el desarrollo sostenible. Aunque por otro lado era evidente, parece que ahora se impone la realidad de que es imposible lograr la neutralidad climática que Europa quiere alcanzar en 2050 con una generación basada de forma casi exclusiva en fuentes renovables. No será fácil sacarlo adelante. Cada país intenta imponer lo que más le beneficia. España se opone a teñir de verde las dos fuentes energéticas.