Al son del maná europeo
A trancas y a barrancas, Pedro Sánchez ha conseguido aprobar en tiempo y forma los Presupuestos Generales del Estado para 2022, con lo que ello supone de estabilidad para un gobierno sacudido continuamente por las turbulencias provocadas por sus propios socios y aliados puntuales. También ha aprobado el decreto sobre la reforma laboral pactada con patronal y sindicatos, si bien está por ver que la nueva regulación acabe obteniendo la preceptiva convalidación parlamentaria.
Lo de los nuevos Presupuestos resultaba absolutamente vital al incorporar más de 27.000 millones de los nuevos Fondos Europeos destinados a impulsar una recuperación orientada hacia un modelo productivo basado en la transición energética, la digitalización y la economía verde. También se contemplan 4.200 millones para financiar proyectos destinados a encarar el Reto Demográfico, el plan de 130 medidas que se propone revertir la despoblación de esa España Vaciada que tan propia nos resulta por estos lares.
Conviene aclarar que ni unos ni otros fondos van a llegar a sus destinatarios llovidos del cielo. Su distribución no está sujeta a criterios territoriales y de población, sino a la idoneidad y calidad de los proyectos que concurran a cada convocatoria. En otras palabras, la subvención hay que ganársela.
A priori se duda de que la Junta de Castilla y León hubiera hecho los deberes previos para afrontar con las mejores garantías esta oportunidad. Uno hubiera sido elaborar un Plan Estratégico sobre los Fondos Next Generation, tal como sugirió el presidente del Consejo Económico y Social, Enrique Cavero. También habría sido muy oportuno disponer de los mapas rurales de la Ordenación Territorial, esa patata caliente a la que nadie quiere indicar el diente.
Pero el mayor hándicap por parte de la Junta es el de iniciar el nuevo año con las cuentas prorrogadas del año anterior, en lugar de hacerlo con los Presupuestos que debieran haberse aprobado la misma semana en la que el presidente Mañueco decidió disolver las Cortes y convocar elecciones anticipadas. Ello ha obligado al gobierno autonómico en funciones a movilizarse con urgencia para no echar a perder los 624 millones de euros de fondos europeos incluidos en los Presupuestos nonatos. Otras inversiones públicas llamadas a reactivar la economía de la comunidad quedarán en el limbo de una prórroga presupuestaria que supone un oneroso lastre para la ansiada recuperación.