El pandemónium de costumbre
Se supone que una campaña electoral debería contribuir a que el votante conozca y contraste las distintas ofertas políticas antes de ir a depositar su voto. Y así sería si las distintas fuerzas en liza la afrontaran en positivo, centrándose en sus respectivas propuestas y alternativas. Pero desde siempre ha ocurrido justamente lo contrario. El objetivo consiste en descalificar y denigrar todo lo posible al adversario, sin parar en barras a la hora de retorcer la realidad a base de interpretaciones sesgadas, medidas verdades o mentiras completas. Y esta vez no iba a ser diferente.
Para empezar, resulta insólito que, siendo una de las comunidades autónomas más afectadas por la sexta ola de la pandemia (223.000 nuevos contagios, otros 400 muertos y decenas de miles de bajas laborales), prácticamente no se hable de esta emergencia sanitaria y social, del colapso de la atención primaria, de la presión hospitalaria y de las quebradas costuras del sistema autonómico de Salud. Lo cual no empece para que el presidente-candidato del PP haya prometido blindar por ley el funcionamiento de los 3.600 consultorios locales, la mayoría de los cuales no han prestado servicio durante su mandato.
Sobre las promesas electorales es de plena aplicación el proverbio árabe según el cual la primera vez que te engañen será culpa de quien lo haga, pero la segunda ya será culpa tuya. Prometer desde la oposición sale gratis cuando después no se llega a gobernar y no hay ocasión de comprobar la patraña. Lo grave es lo de quienes desde el gobierno ignoran flagrantemente de lo prometido y, no contentos con ello, vuelvan a prometer lo mismo sin pestañear en la siguiente campaña electoral.
De 2007 data la promesa sin cumplir de dotar de unidades de radioterapia a los hospitales públicos de las cuatro capitales de provincia y de Ponferrada que carecen de ellas, sin que hasta esta fecha la Junta haya hecho otra cosa que concertar con la sanidad privada el servicio en Segovia. A ese mismo año se remonta otro clásico, cual es el de la extensión de la banda ancha a todo el medio rural. Las hemerotecas están plagadas de promesas incumplidas reiteradas campaña tras campaña sin el menor rubor por los propios incumplidores o por sus sucesores en los mismos cargos.
En el pandemónium de la campaña electoral vale todo. Lo acabamos de comprobar a propósito de esas macrogranjas ganaderas que, a decir del presidente Mañueco, en realidad ni siquiera existen.