Otros nombres
Decía Nicanor Parra, respetado premio Cervantes 2011 e inventor de la antipoesía, que « el poeta no cumple su palabra si no cambia los nombres de las cosas » y por eso propuso a los amantes de las bellas letras llamar, por ejemplo, Micifuz al sol... o ataúdes a los zapatos.
Esta cita nos puso cara de bautizo al corrillo, menos a Sócrates, orillado del runrún y amorrado al periódico/parapeto, disponiéndonos al instante el resto a una carrera de ocurrencias en busca de algún gol chapoteando en barros o tontadas.... y como críos de San Ildefonso nos pusimos a cantar y casar bolas y bolas ensartándolas en el alambre de lo absurdo o lo posible... empezó Otavito con lo primero que se le vino al terrón: ¿cómo llamaríamos al calendario?... condena en firme ... ¿y a la hogaza?... madre nuestra ... y a la berza o repollo, papá ... y ahí nos fuimos los demás a sembrar a lo loco nombres nuevos: al gobierno lo llamaremos regla de tres descompuesta ... al político, magdalena , ya por mazapán, ya por puta de evangelio básico... al teléfono, alguacilillo ... al televisor, sábana santa ... a la economía, cencerro si nos va al cuello o becerro si toca chupársela... al libro, chalana ... al coche, esmoche ... a la carne, jergón ... al pescado, sirenas ... al trabajo, grillete ... al cine, biblioteca ... al catarro, romadizo , como antes... al cazo, político , y política a la caza... a la sartén, mi negra ... al dinero, santa Maribel ... al calzoncillo, presidio ... al sombrero, mitra boba ... al árbol, catedral , y a la catedral, pirámide gruyère ... a la poesía, botón ... al cojón, lástima ... a las bragas, muralla ... a las lentejas, cosmos ... al, pan, vino , y al vino, pan ... a las urnas, fosas ... a la cama, dulcemuerte ... al armario, patria querida ... a la tienda, lavadero ... a la bicicleta, delfín ... al maestro, pico pardo ... al sindicato, piruetas ... al tren, noria ... a Dios, pastilla ... al virus, Lucifer ... al jabón, juez ... pero cuanto Otavito dijo residencia de pensionistas , almacén de frutos secos , Sócrates agotó la paciencia siendo escueto: Peláez, hormigonera ... Otavito, cazuelo ... Trapi, tuero ... ¡gran hallazgo!...