Poco medio y menos ambiente
Más allá de la recurrente exaltación por lo rural que se repite como un mantra en la campaña electoral de Castilla y León, que hoy encara su recta final, poco o nada se ha escuchado de boca de los distintos candidatos sobre las cuestiones medio ambientales que más afectan a la que es la comunidad con más superficie forestal de España y la que concentra más figuras de protección para sus espacios naturales.
Sí que escuchamos el otro día a la presidenta del PP de Asturias, Teresa Mallada, que acompañó al consejero de Fomento y Medio Ambiente de la Junta, Juan Carlos Suárez-Quiñones, en una de sus tournées electorales por los pueblos de León, hablar de los logros de la consejería, la «envidia» para los asturianos obligados a acatar las decisiones del gobierno central con quien comparte color político. Pues no tengo yo esa percepción, durante años Asturias ha sido pionera en cuestiones medio ambientales tales como el lobo, ya que nunca jamás permitió que se cazara, por ejemplo, en su vertiente del Parque Nacional de Picos de Europa, donde el animal sí tenía que esquivar las balas en la zona leonesa y en la cántabra. Quizás de aquellos polvos vienen estos lodos, y si en otras comunidades se hubiera seguido el ejemplo del Principado, ahora no estarían en los tribunales peleando contra la inclusión de la especie en el famoso Lespre.
Ningún candidato se ha mojado tampoco con los parques fotovoltaicos proyectados en la provincia, y que según todos los grupos conservacionistas tendrán un impacto nefasto en el medio ambiente. Ninguno ha tenido la valentía para afrontar este debate, en el que se pone en cuestión la llamada transición ecológica y la apuesta por las energías renovables, estas con las que se supone, salvaremos el medio ambiente. Demasiados intereses económicos en juego.
Hay algo que sí que he escuchado en campaña y que me parece más que razonable, y es la propuesta del candidato de Cs, Francisco Igea, de separar la Consejería de Fomento y Medio Ambiente alegando que no puede ser que estén juntas consejerías que dan licencias de obras y luego licencias medioambientales. Y no solo eso, demasiada tela para cortar en un mismo despacho.