Diario de León

Antonio Casado

¿Qué estabilidad?

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No ha elegido peor momento el presidente para pregonar públicamente que la estabilidad política y la recuperación económica del país están garantizadas. Cinco minutos después de escenificarse la ruptura del llamado bloque de investidura en la reforma laboral, por deserción de los amigos nacionalistas (ERC, Bildu, PNV) los problemas surgían dentro de la propia alianza PSOE-Podemos que gobierna en coalición.

No se habían apagado los ecos de la voluntarista proclama de Moncloa y ya habían surgido nuevos episodios de descoordinación entre tres vectores del Consejo de Ministros cada vez más diferenciados: el oficialismo de Pedro Sánchez, el activismo de Belarra (inercia de Iglesias) y la insondable aventura de Yolanda Díaz dizque a la izquierda del PSOE.

Por cuenta de la reforma fiscal, la líder de Podemos, ministra Belarra, lanzó una propuesta saltándose la disciplina oficial, representada por la titular de Hacienda, que había decretado pausa a la espera de conocer el informe de los expertos. Pero el ataque de contrariedad de esta no fue menor que el de la vicepresidenta, Yolanda Díaz, que también vio en el inesperado paso fiscal de Podemos una merma de su protagonismo en la subida del SMI. Lo cual nos permite hablar de iniciativas no orquestadas en el seno de un Gobierno supuestamente colegiado en sus decisiones.

Ahora en Podemos crece sobre la ministra de Hacienda una inquina similar a la que ya profesan a la ministra de Defensa, Margarita Robles. Similar a la mutua de los dirigentes de Podemos con Yolanda Díaz. Cada vez más distanciados. Es notable el abismo entre la vicepresidenta con Iglesias, arrepentido de haberla lanzado a la fama.

Tampoco en el terreno económico hay motivos para presumir de estabilidad y vientos bonancibles. La pandemia ha hecho estragos en nuestra primera industria, el turismo. Y los informes son inequívocos: España está a la cola de los países de la UE han iniciado el camino de la recuperación. Son esperanzadores los índices de crecimiento, aunque se hayan revisado a la baja y el marco presupuestario se haya alejado de la realidad, pero entre los 27 somos el país que más tardará en recuperar los niveles de crecimiento anteriores a la pandemia.

Por no entrar en las sombras negras del clientelismo, la opacidad y el despilfarro, que el PP agita irresponsablemente en Bruselas. Con más transparencia y más comunicación de Moncloa con el principal grupo de la oposición nos ahorraríamos estas dudas asociadas a la marca España. Pero Sánchez parece necesitar este comportamiento irresponsable del PP para poder negar sentido de Estado a Pablo Casado, en vez de tomar la iniciativa y buscar su complicidad en temas de interés general como este de la captación de los fondos europeos para la deseable recuperación que a todos nos interesa.

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