Editorial | Las incoherencias del gasto público cuando hay tantas necesidades

En muchas administraciones públicas, como probablemente en las familias, en las empresas y en todo tipo de entidades, siempre resulta insuficiente el presupuesto. Nunca hay recursos para cubrir todas las necesidades o las posibilidades de afrontar inversiones. El asunto incluso ha generado importantes debates de manera reiterada sobre hasta qué punto es lícito endeudarse en exceso para mejorar la calidad de los ciudadanos en el presente, generando una deuda que se pagará en el futuro.

Sorprende que el Ayuntamiento de León disponga de unos remanentes económicos tan elevados. No hace tanto tiempo este mismo consistorio vivió una auténtica catástrofe en sus arcas municipales. Se vio totalmente atrapado por una deuda que le obligó a afrontar un plan de medidas muy drásticas para devolver la normalidad a sus cuentas. Afortunadamente, las cosas se encauzaron gracias al sacrificio de la ciudadanía —que vio mermados los servicios que recibe— y al esfuerzo de los sucesivos equipos de gobierno que cumplieron en tiempo y forma con las previsiones.

En plena crisis covid, con la capital de la provincia encuadrada en la parte roja de todas las estadísticas, con unas infraestructuras marcadas por la precariedad y la insuficiencia, con viales deficientes y edificios públicos seriamente deteriorados, con una ausencia absoluta de proyectos nuevos para el futuro de la ciudad más allá de los heredados de otros mandatos incluso con presupuestos garantizados con fondos europeos... La larga lista de déficits resulta realmente llamativa mientras se llena la hucha del dinero público con una inacción difícilmente justificable.

León merece un gobierno mucho más audaz. Dispuesto a trabajar por una ciudad que plantea serias deficiencias y presenta especiales complicaciones de sostenibilidad social. Resulta incoherente tener el cajón lleno mientras la sociedad vive atada por tantas limitaciones en todo tipo de frentes.