De sed morir
Malos augurios nos trae el brujo de la tribu al que el jefe apremia para que llueva ya de una vez o le cortará el rabo aplacando así la ira de los dioses. El brujo insiste en que ya llegaron ayer unas gotas. Y Manitú añade: estrenaréis marzo lloviendo poquito unos días, pero otra cosa os trae este año el caprichoso y rutinario fenómeno de La Niña en el Pacífico, Niña hija de dioses que os recetarán después una larga cuaresma en aljibes y cantimploras para que caigáis en la cuenta de cómo maltratáis al agua, ya os salga por el grifo, ya os venga como un río inmerecido que va lamiendo vuestros pueblos, riega vuestros huertos y campos y se lo agradecéis al fin con robos, despilfarros, químicas y vertidos.
El aire en el que cabalgan las nubes viene sin jinetes este año. Locas saldrán las plantas de su invierno. Primavera tacaña y confusa nos aguarda. Y a más sol lucir, más de sed morir. Así habla el cielo. Y el que crea en Dios ya puede rezar... o blasfemar y maldecir... o empezar a sacar santos de palo en rogativas ad petendam pluviam con sus altos pendones, no los olvidéis, al objeto de alzarlos al cielo para hacer cosquillas en la panza a las nubes esperando que así se meen de risa y dejen una propineja que al menos humedezca los labios de un paisaje en polvorosa.
Si estrenando marzo lloran aquí algo las nubes -lo dicen también nuestros brujos de agencia meteorológica- no será porque el cielo se apiade al fin, sino que quiere insistirnos en lo que todo escarmentado labriego sabe de muy antiguo: agua del cielo no quita riego . Aprended a reservar el agua, os dice a la oreja la Virgen de la Acequia y a voces Tinín Lugán Concheso, el último zahorí del Cea... apresadla en sus cauces y haced cisternas en las cabeceras para poder garantizar un mínimo caudal biológico o tirar de vez en cuando de la cadena limpiando así algo de la mucha mierda que echáis al río.
2022 jugará a sequía pertinaz como las de Posguerra; y sé de una abuela ultravox que quiere atajarla haciéndole novenas a Franco y dando donativos para insistir en su beatificación.