La Granja del CD Ejido o el cuento de nunca acabar

Obras son amores para la evolución de los equipos del deporte leonés a través de sus instalaciones deportivas, aunque las razones de sus continuas demoras no convencen a sus dirigentes ni a nadie. Es el caso del club de fútbol de la populosa barriada del Ejido, con las obras de su campo de césped artificial en construcción desde hace más de un año y medio, y sin entregar al CD Ejido para que dispute en dicho recinto sus partidos de cada una de las categorías de fútbol base.

La falta de puntería de los políticos y empresas adjudicatarias a la hora de fijar las previsiones de finalización de las obras han puesto a prueba la paciencia de un club deportivo que es santo y seña de la ciudad de León. No sólo por soportar tanto desfase entre lo dicho y lo hecho, sino por aguantar estoicamente la fuga de muchos de sus futbolistas de una cantera que siempre ha sido una referencia en el fútbol leonés. Coedo, Fidel, Marcelino... y su parroquia se merecen un monumento. Rehacer el club, casi en ruina, y volver a construirlo cuesta bastante más tiempo y quebraderos de cabeza que el cuento de nunca acabar de unas obras que han provocado una desbandada de niños y niñas a los que ahora toca rescatar.