Editorial | Daño sanitario y burocrático a la economía
El incremento drástico de la duración de las bajas laborales en la provincia genera un evidente problema a las empresas y un ataque directo a su competitividad. Más allá de los excesos de algunos trabajadores, o del problema del covid que ha disparado el número de afectados, con la estadística en la mano se detecta un conflicto que dirige las culpas hacia las administraciones. Por una parte, el conocido problema que se genera con la burocratización de un sistema sanitario en el que los propios profesionales médicos critican que emplean demasiadas horas en activar esas bajas sin disponer de suficiente tiempo para realizar su verdadera tarea, que es tratar a los pacientes. Pero la sanidad también ocasiona daños por su propia falta de diligencia. Los retrasos en las pruebas y en la propia atención al ciudadano tiene un efecto directo en las bajas, que se amplían en unos periodos que no deben darse por aceptables.