Coraje
La primera Marcha Negra cumplió treinta años con una Marcha Blanca. Un hilo de coraje unió a las generaciones de la épica minera con las personas que se echaron a andar desde Villablino a Ponferrada para que se escuchara su voz ahogada en el silencio demográfico del valle.
Hombres y mujeres. Mujeres y hombres que han logrado, después de meses de quejas y la callada por respuesta, que el consejero de Sanidad se sentara a escuchar y poner sobre la mesa la promesa de ¡cuatro médicos! Ya sabemos que tener médico o médica —que cada vez son más las mujeres en la profesión— es tener un potosí, pero, todo hay que decirlo, bien poco piden quienes tanto han dado.
Las comparaciones son odiosas, pero sólo hay que ver el nivel de servicios que se alcanzaron en Astorga o en La Bañeza y los que nunca llegaron a tener en Villablino, ni en los mejores tiempos demográficos (más de 17.000 personas llegó a tener el censo). El espejismo de un hospital comarcal se quedó en centro sociosanitario. lo mismo que el sueño del parador se derrumbó con las escuelas que tiraron para no hacerlo. A las cuencas, ahora tan añoradas, siempre se les miró de reojo desde las capitales.
La precaria situación sanitaria de Laciana es la punta del iceberg de las trágicas consecuencias del abandono de las poblaciones menguantes. No sólo por los que se van y no volverán, como los servicios sanitarios y las oficinas bancarias, aunque ahora envíen al cartero disfrazado de cajero.
Si no por los fantasmas que se van apropiando, en el silencio de los despachos de los liquidadores, del patrimonio inmobiliario y paisajístico. El caso de la ganadería denunciada en las naves del antiguo pozo Emilio del Valle, en Llombera de Gordón, huele a ese desorden podrido que ha dejado como herencia el poco ejemplar empresariado de la minería leonesa. El patrimonio que durante años se explotó para sacar carbón y riqueza que avivó la industria de la España aumentada a costa del sudor negro, ahora es pasto de los especuladores y de los que andan listos en los Registros de la Propiedad, tanto empresas y particulares avezados.
Los derechos y el patrimonio hay que defenderlos palmo a palmo. No hay que perder los hilos, negros, blancos, verdes, violetas o rojos que nos conectan con la épica de los derechos. La ocasión la pinta calva en Castilla y León con un Gobierno PP-Vox que arremete contra leyes estatales como si fueran papel mojado y sin ninguna consecuencia penal ni política. Y con una oposición que ha tardado menos de un minuto en pactar (y pastar) un aumento de sueldo insultante (4,5%) con los mismos a los que negaron el saludo. ¡Qué coraje hay que tener!