El hidrógeno verde, el nuevo oro gaseoso
L a invasión rusa de Ucrania ha supuesto un cambio radical al panorama energético mundial. Lo que Europa lleva años intentando conseguir con la llamada transición energética para dar un impulso a las energías renovables y dejar de depender de los recursos fósiles, parece que lo ha logrado Putin en pocas semanas con su inaceptable, inexplicable e inhumana guerra. Y es que la carrera mundial por producir hidrógeno verde ha comenzado. A media que aumentan el coste del hidrógeno azul y gris en línea con el aumento de los precios de los combustibles fósiles, la viabilidad del hidrógeno verde se confirma como una fuente de energía asequible y segura frente a la dependencia energética rusa.
Bien lo sabe Europa, para la que el hidrógeno verde es una alternativa atractiva liderada por Alemania, que planea producir 25 GW antes de 2040 y también para España, que está en camino de producir más de 4 GW para 2030 en alguna de la muchas plantas proyectadas, una de ellas en León, que con el proyecto impulsado por Enagás y Naturgy volverá a estar en el mapa energético que le corresponde por justicia, ya que durante años ha suministrado energía a la industrias de gran parte del país emanada del interior de sus minas, hoy cerradas. Sin embargo, las cifras no terminan de cuadrar para que esto ocurra ya que además de las aplicaciones industriales en las que el hidrógeno ya es una materia prima clave, la cantidad de hidrógeno necesaria para reemplazar el gas y el carbón en el sector eléctrico de Europa parece inalcanzable. En concreto se requerirían alrededor de 54 millones de toneladas de hidrógeno para conseguir enterrar definitivamente a los combustibles fósiles antes de 2030, y teniendo en cuenta que Europa está en vías de producir tres millones de toneladas por año, la brecha es considerable. Según las primeras previsiones la planta de La Robla, que se ubicará en los terrenos de la ya histórica térmica, producirá hasta 9.000 toneladas al año de hidrógeno renovable, lo suficiente para cubrir el consumo local, y posibilitar una futura exportación hacia el noroeste de Europa. Como comienzo no está mal. Ahora solo hay que cruzar los dedos para que no ocurra lo que siempre pasa en esta tierra, que otras provincias nos adelante por la derecha y nos dejen en la cuneta.