Diario de León

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Con pedete del copón y orgullito zambo iba ese riojano cuando le paró la Guardia Civil y le pidió la documentación. Dijo ser cónsul y mostró un DNI y un carnet de conducir que le acreditan como ciudadano de la República Errante Menda Lerenda. Naturalmente, le cayó un puro de dos mil euretes por resistencia a la autoridad con agravante de burla; y además, positivo en drogas. Este carnet acoge a su propietario al Derecho Internacional como Diplomático en países extranjeros , rezaba al pie la cosa.

Visto el ingenio tolón de la chufla, seguro que les valdrá a los de Ikea cuando se gaste o apolille su famoso tic comercial «Bienvenido a la república independiente de mi casa» , porque tiene mucha sugerencia apátrida y viajera esta otra república que parece igual de individualista y contradiós y que se apellida como aquel holandés condenado a vagar con su barco de tres mástiles por los océanos sin poder tocar tierra o puerto jamás tras haber escupido al Cielo; lo cuenta una leyenda del siglo XVII muy versionada después hasta por Washington Irving y a la que Wagner le puso una música de las suyas con las que borda lo trágico, lo magnífico o lo nibelungo; y así quedó para la eternidad El holandés errante. Por lo mismo, una república errante sería la que busca no pisar jamás suelo propio viviendo siempre en Ajeno, ese océano donde todo el mundo se pierde y sólo algunos pescan. Pero lo mejor y futurible es el nombre del territorio soberano de esta república: Menda Lerenda. La palabra menda, tan castiza, es gitana y se refiere a uno mismo ya hable en primera o tercera persona: mi menda, el menda... o designa a alguien sin nombre o talla: un menda, un cualquiera. Pero el diccionario ignora lerenda, ni rastro, nada significa; ¿lo dejamos en interjección que suena a sombrerazo cortés de mosquetero o al latiguillo «aquí me las den todas»?... Sin embargo, lo curioso de esta extravagante república es que existe, tiene página, foros en internet y franquicias por doquier. Y sabiendo que la inventó en 1999 un gallego, se entiende mejor lo errático.

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