La ministra y los pelotas

Llegó la ministra de Transición Ecológica a Ponferrada a anunciar que el gas lo van a poner a 30 euros y, lo más importante, que va a convertir en Bierzo en un vertedero de reciclaje de palas eólicas. Los alcaldes y Arsenio Terrón estaban muy contentos con la noticia y no paraban de sonreír. No se sabe si porque no entendían lo que la vicepresidenta decía o porque lo comprendían demasiado bien. Entiendo que para mantener el cargo hay que renunciar a los principios, pero poner de vez en cuando cara de circunstancias da a los que no la tienen cierto aire de dignidad.

Lo que no ha dicho la ministra es que el martes el BOE publicaba un Real Decreto que sentencia a muerte toda la Cordillera Cantábrica. Eso, después de enterarnos de la que la Junta en funciones lo ha vuelto a hacer y ha dado luz verde a los parques eólicos que varias sentencias habían paralizado: La Espina, Peña del Gato y Valdesamario. Todo eso, insisto, lo ha hecho el consejero «en funciones». Estoy segura de que el nuevo titular de Agricultura de Vox protestará, aunque a lo peor, no. Nada cambia, por eso mismo creo que todo puede hacerlo. Tal vez lo veamos «muy pronto», como dice Carlos Pollán sobre los nuevos consejeros, y la investidura. Teresa Ribera, sí. El Boletín Oficial del Estado aprovecha la guerra de Putin para decidir que una treintena de parques de aerogeneradores que están pendientes de tramitación, se aceleren para que los españoles vivan mejor. En total, 450 monstruos que acabarán con el paisaje, con la fauna, con la ganadería y el modo de vida de cientos de leoneses. Es una frase más manida que el cogote de Santiago, pero explica muy bien todo lo que estamos a punto de vivir. En la guerra, la verdad es la primera víctima ¿o era la información? y, junto a ella, la capacidad crítica de los ciudadanos, que se imaginan que el civismo consiste en no protestar. Por eso, ayer, estaban los representantes del pueblo tan satisfechos en el besamanos de Compostilla.