Editorial | León se convierte en un desierto bancario
León se está quedando sin banca física en un proceso de liquidación sin precedentes que se está intensificando con los nuevos procesos de reconversión bancaria que amenazan con dejar la provincia prácticamente sin acceso al servicio. Salvo honradas excepciones como el de la Caja Rural de Zamora, que aún sigue anunciando la apertura de sucursales tanto en el medio rural como en la capital, el cierre de oficinas es una tendencia imparable ante el avance de la banca digital, que puede suponer la supresión del 70% de las sucursales de aquí a 2030. Es un proceso que busca aumentar la rentabilidad y que tiene a León en una de sus víctimas más recurrentes. Es la séptima provincia del país más afectada por esta desbandada que conlleva además una inevitable destrucción y deslocalización de empleo y otros daños colaterales como la situación de vulnerabilidad en la que quedan los 75.000 leoneses que no tienen un banco a mano.