El 12 de mayo, en Cova de Iria (II)
León, tierra rica plagada de gente empobrecida, no es lugar para inocentes. Aún así, rebosa de ilusos, que serpenteamos agarrados a anzuelos que parecían moscas, entre el efecto pluma y el destello del sol en las raseras, después de las tabladas. Mordemos lo que nos echen, igual que barbos ahogados en el estiaje. Nos agarramos a la tanza cuando lanzaron Torneros, a ver qué tal. Ya hace diez años que no les hace falta cambiar de cebo. Cuando el fondo miner descargaba en las dársenas de Boecillo, antípodas de León, ya nos cantaban el ea, ea, duérmete niño, para atemperar a la criatura, sin leche ni teta, y ese amargo sentido de las cosas que deja el desengaño. Para qué gastar un duro en la llanada del Bernesga, con un Cabo Cañaveral que lanza trenes entre Medina del Campo y Olmedo, donde la U; allí no informa la CHD, se conoce. Trenes que, rumbo al noroeste, ya no pasarán por León. Qué movilización ni qué gaitas, si este febrero 160.000 leoneses apoyaron el operativo, con candidatos a cara descubierta. Es tan tarde, que no necesitan perfeccionar la trampa; dentro de poco, ni peces ni pescadores, que es el primer eslabón que se jode siempre que faltan alevines. Que le pregunten a Zapatero, aficionado a esta disciplina de sacar truchas de su lugar de confort; Zapatero era un avanzado; iba al río hasta con Azarías de confianza para que le levantara las pintonas. Tocan a procesión detrás de un santo que no saben cómo vestir, víctimas del doble sentido que tienen las metáforas. Veremos qué motivó el alumbramiento, pero caer del caballo es una acción distinguida, adobada por un tío de pluma prodigiosa y talento para encauzar con un relato cautivador el encuentro entre un dios y un mortal, con alma de influencer, pero mortal. El resto, caemos de la burra, que es la caída más enrevesada, y con peores pronósticos en la planta de trauma. De trauma del ánimo, además. Como el recopilatorio es género periodístico (esto lo tomo prestado de una asistencia de genialidad de Marco Romero) entre todo lo que llega de la política autonómica, ya sólo interesa cuánto tenemos que apoquinar de los pasadizos secretos por los que ese JFK de las fotos suele meter a su Marilyn a la Casa Blanca. Otra alegoría de órdago a la grande para este 12 de mayo.