Editorial | Alivio para los regantes de la provincia al garantizarse agua para todos los sistemas
La confirmación por parte de CHD de que Payuelos tendrá garantizada el agua —y eso en todos los escenarios posibles— para regar las casi 43.000 hectáreas cuando concluyan las obras de transformación—faltan 11.000 de dos planes— en los sectores programados supone un alivio para los regantes de la zona, después de que se aireasen dudas sobre esa posibilidad a la sombra del temor sobre el cambio climático.
Esa garantía por parte de CHD se extiende a todo el regadío de la provincia, que en 2027 alcanzará a 105.000 hectáreas, los sistemas tradicionales y el caudal ecológico de los ríos, con lo que, como consecuencia, apenas quedará agua disponible para trasvasar a otras zonas.
Treinta y cuatro años después del cierre de Riaño y veintisiete de la inauguración del Canal Alto de Payuelos, el balance relativo a la ejecución de las infraestructuras no es como para felicitar a las administraciones responsables, pero al menos sí a los propios regantes por su infinita paciencia y porque, finalmente, la provincia podrá ver cumplidas ya de manera casi inmediata —cuatro años— sus aspiraciones de llevar el agua a una extensión territorial muy importante para su desarrollo agrícola y con un horizonte temporal más amplio. Pero eso sin obviar la amenaza de medidas que sin duda supondrán una contención para la rentabilidad actual, sobre todo por las mayores exigencias medioambientales, como la rotación de cultivos, que condicionarán la competitividad en los grandes mercados internacionales del cereal, ya que en la práctica no existen barreras arancelarias.