El suicidio del PSOE

Más allá de la victoria de José Antonio Diez frente a todos los demás, si algo ha demostrado el fallido órdago del aparato es que no tienen ni idea de como gestionar el leonesismo. Desde el PP hablan de sentimiento, como si los leoneses fuéramos damiselas en apuros a punto de la histeria. A su favor, que tienen una idea, aunque sea una imbecilidad. Además, los populares saben que no se la pueden jugar en Castilla, que necesitan tener agarrado a León para que esa nada que se extiende por medio país y se deglute en Valladolid no se soliviante contra ellos.

Pero el PSOE... El PSOE no gobernará jamás en esta amalgama de regiones y cosas que es la comunidad, pero pudo haberlo hecho en León. Hasta ahora. El que está de salida no ha dicho esta boca es mía más allá de criticar a la UPL, como si hubieran sido los leonesistas los causantes de su inutilidad. Al tiempo, pactaba con Mañueco y el simpar Igea un contrato con el que trataba de asegurarse alguna foto como algo más que el chisgarabís de Gamonal.

Mientras perdían mociones en cada uno de los pueblos de León, afiliaban a embozados en la capital, en un juego con el que perdían de antemano. Perdían si ganaban y perdían si, como se ha visto, fracasaban en el intento de (re)conducir al alcalde.

Ahora, es el momento de que desde Ferraz decidan qué quieren ser en León. Ya sabemos que el juego de simulaciones que han disputado con la provincia como campo de batalla les ha servido para aupar sus carreras políticas a cambio de enterrar la representación de León. Es la historia de una derrota. El 12 de mayo se pone fin a la nueva estafa con la que todos han tratado de silenciarnos una vez más.

En un año habrá municipales y la Diputación estará, de nuevo, en manos de la UPL. La diferencia es que en esta ocasión el PSOE habrá perdido tantos ayuntamientos que el equilibrio de fuerzas será otro. Un año después, veremos si han llenado la montaña de aerogeneradores para seguir regando de riqueza el resto de todo lo que no es León.