Ortega bobo y malo
Antes de nada dígase que el presidente nicaragüense Daniel Ortega es un punto filipino , lo que equivale a deshonesto, desvergonzado, malintencionado e inmoral. Este término lo inspiraron los penados o desterrados españoles a Filipinas a los que les pintaban un punto rojo en la frente para distinguirlos en el barco del resto del pasaje. Y que Ortega era un punto filipino de tomo y lomo lo supieron ya temprano sus dos camaradas de revolución y ministros después, pilares de su cultura nacional, los dos repudiados o perseguidos , Ernesto Cardenal y Sergio Ramírez , exiliado éste desde otoño en España al igual que la novelista Gioconda Belli, por no citar a la media Nicaragua que tiene amordazada o presa este pájaro con pintas; y su pájara, que tanto monta ella en el dictar.
El gobierno de Ortega ha dejado a todos perplejos decretando el cierre y disolución de la Academia Nicaragüense de la Lengua al considerarla «agente extranjero» y no haberse inscrito bajo este curioso epígrafe, lo que ha servido al régimen para ilegalizar también a otras 83 asociaciones no gubernamentales, añadiéndolas a las 412 que ha venido disolviendo desde unas revueltas de 2018 que ya no cesaron y aún hostigan al sandinismo cerril. Así que... ¿extranjera esa academia?, ¿y además agente?, ¿quizá espías?, ¿colonizadores sin duda?, ¿golpistas?... Este tío es bobo sin remedio y sin dejar de ser mala gente ni un instante. Rubén Darío le maldice en su tumba, y Ernesto Mejía, José Coronel, Lisandro Chávez... plumas ya universales que nos transportan a esa Centroamérica de gozo, volcán y dramas.
Bobo. Y malo. ¿Tardará este Ortega en decretar también extranjera la lengua, ese castellano de riquísima dote americanista con el que todas aquellas etnias pudieron entenderse?, ¿la creerá también lengua colonizadora y, por tanto, genocida?... es probable, eso cautiva mucho hoy al indigenismo nacionalista (no le des ideas, Colás, que las carga el diablo, y más este diablo que dejó lo rojo para vestirse de caqui amante de cuarteles y desfiles; capaz es de encargarle la Lengua a la policía).