Editorial | Aparcar: entre la necesidad y la sangría
En las ciudades surgieron los aparcamientos de pago para combatir el problema de la falta de plazas, principalmente en sus zonas céntricas. Se buscaba una rotación de la que evidentemente se benefician los comerciantes y hosteleros del centro. Había coches que permanecían quietos durante largos periodos de tiempo, imposibilitando que se compartiese un bien escaso, como es el aparcamiento. Como consecuencia de ello se planteó la necesidad de facilitar las cosas a los residentes y llegaron las zonas verdes. Pero de algún modo incorporan su propia trampa al reservar un buen número de lugares para vehículos que ahora no dan paso a esa imprescindible movilidad. En el Ayuntamiento de León se sigue ahondando en la sangría económica de la ORA a vecinos y visitantes con constantes ampliaciones. Recientemente se incluyó el aparcamiento de la Junta. Ahora, la regulación empieza a extenderse por Eras.
,Texto
+Texto
GTexto