Se acaba la gallina de los huevos de oro
La sangría de jugadores nacionales —e internacionales— que cada año desertan de la Liga Asobal en busca de mejores sueldos y mayor prestigio deportivo amenazan con sumir al balonmano masculino español en una crisis imposible de remontar. La enésima. En el Ademar, sin ir más lejos, se marchan Jaime y Gonzalo. Casi nada. Y el problema es que la cantera leonesa, como la del resto de mortales, no es la gallina de los huevos de oro. El salto abismal al primer equipo es digno de muy pocos elegidos, aunque tal y como pinta el panorama acabará valiendo cualquier cosa. Pasar a Liga Profesional en la 2023-24 puede enderezar el rumbo y sobre todo que los clubes se transformen en Sociedades Anónimas Deportivas. Queda muy bonita la filfa de que ahora el Ademar pertenece a sus socios, pero lo cierto es que, más allá de sentimentalismos, los grandes ingresos solo serán posibles con inversores y accionistas. Todo lo demás se antoja insuficiente. Eso sí, o los presidentes de los clubes aprenden a vender mejor la moto o nadie apostará por un producto devaluado donde para más inri tienes al Barcelona matando toda esperanza.