Editorial | Aniversario que anima al debate
Se cumplen 25 años del secuestro y traidor asesinato del joven concejal del PP, Miguel Ángel Blanco Garrido. Para la vileza y la cobardía del terrorismo todos los calificativos se quedan escasos. Pero, con la perspectiva, cabe admitir que ese crimen sirvió para cambiar cosas. Tras años y años de oír lo de «algo habrá hecho», el espíritu de Ermua animó a la ciudadanía a salir a las calles masivamente para plantar cara a ETA. En León, año y medio antes del asesinato de Miguel Ángel Blanco, las calles también se habían llenado de personas que querían condenar el ataque contra el comandante Cortizo. Aquel 22 de diciembre quedó escrito en la historia de León en negro, por el dolor, y en rojo, por la sangre vertida en el asfalto de la avenida Ramón y Cajal. Todo aquello debe estar presente en la memoria. Y más con 379 atentados sin resolver. Las nuevas generaciones deben conocer lo ocurrido para evitar que se repita.