Editorial | Riaño no quiere quedarse sin agua
Riaño, el pueblo a los pies del pantano que cedió su valle para construir uno de los embalses más grandes del norte de España, está al borde del desabastecimiento para atender las necesidades de una población que se multiplica en verano. Por ello, reclama a la Confederación Hidrográfica del Duero que le permita bombear agua del embalse, una solución que pide sea permanente para hacer frente a lo que viene. Es la anticipación de Riaño ante la incertidumbre de una política de reparto del agua que ya prepara el Gobierno central, que justamente ayer aprobó en Consejo de Ministros su estrategia para gestionar los recursos hídricos por el cambio climático, con la que busca proteger este «bien básico» ante las adversidades. En este contexto, León, sus pueblos, deben aprender a defender sus intereses en un asunto en el que siempre se le ha pedido más generosidad de la debida.