Editorial | Una obra en zona sensible que necesita ser consensuada
El nuevo cambio de imagen que se proyecta para la puerta de entrada al casco histórico debe medirse bien. En una zona más que sensible, insertada en el imaginario colectivo de la ciudad por su espacio como referencia de ritos y costumbres, cualquier cambio necesita meditarse para no traicionar la concepción original. La reforma, apenas esbozada como parte de la rehabilitación del aparcamiento subterráneo, tiene que quedar bien definida porque el entorno que enmarca lo merece. El Ayuntamiento necesita un plan consensuado, sin ocurrencias que puedan desbaratar la fotografía, más si cabe cuando todavía se espera la reurbanización de la plaza de Santo Domingo que Diez anunció a principio de mandato y no se ha atrevido a ejecutar.