Dónde vas triste de ti
La estación con más pasado presente bate las puertas de la edad en el tiempo que transcurre entre el primer y el segundo pase de la orquesta. Pero ahora que la vida nos debe dos veranos, cada verbena patrocina la oportunidad para rebobinar las cintas TDK que quedaron almacenadas durmientes en la amígdala, junto al olor del pan y el tacto de las cerezas. Un acorde desprende desde ahí las esquirlas de ferro y cromo para resucitar el rastro que no encontramos en los espejos a diario. Creíamos haber perdido todas esas fotos que renunciamos a revelar cuando para guardarlas hacía falta el papel, pero retornan en el estribillo de ese julio del que despertábamos con resaca de septiembre, tirados en medio del prao . Sin darnos cuenta, nos hicimos mayores mientras a la Dolores de Los Suaves la termina de jubilar cualquiera noche la niña de la escuela de Lola Índigo. Ooooooh, nena, ooooooh, nena .
El repertorio de las orquestas delimita un escenario emocional en el que se reconocen acaballadas las sucesivas generaciones. Hay que vivirlo para cantarlo. A la espera de que la reforma del Código Penal les rescate del reguetón, los grupos musicales veraniegos evangelizan a los guajes desde el Antiguo Testamento de los pasodobles de Manolo Escobar hasta el Evangelio según Medina Azahara. El primer pase concede bula para la barra libre de cumbias, el rescate de la Lambada, la apelación a los corridos mejicanos, el guiño gallego de las muñeiras, los temas picantones del Polvorete, la insalvable prueba del eje con Paquito Chocolatero y la concesión a los éxitos de la radio fórmula, en la que sintonizan la adaptación de Camilo y Daddy Yankee donde antes sonaban dislocados los Bisbales y Bustamantes. La escaleta no da tregua salvo en el descanso, colocado como coartada para que excusen su retirada los que se rinden. Cribada la plaza o el prao , la pausa da pie para el desbarre por el que se despeña el rock patrio de la Chiquilla de Seguridad Social, los aullidos de alerta de la cuenta final de Europe, el barco que no acaba de zarpar de la feria de Camela, el aroma a primera comunión del cannabis de Ska-P, la invitación de Mago de Oz a la Fiesta Pagana en la que la concurrencia intenta imitar al violinista con el cubalibre ahormado entre la oreja y la clavícula, el vicio desenfrenado de Reincidentes... Mira que nos lo preguntaron Los Suaves: ¿Dónde vas triste de ti? De momento, de vacaciones. A ver si llego hasta el final del segundo pase.