La vida honesta
Obsceno de palabra o acción es el impúdico o rijoso en lo referido al sexo. ¿Sólo al sexo? Pero especialmente al dinero, que es el verdadero sexo del mundo y de la vida, apuntó Sócrates. Por eso lo obsceno triunfa hoy en « La sociedad del espectáculo » como la bautizó proféticamente en 1967 titulando su famoso ensayo el filósofo situacionista francés Guy Debord , al que se empeñan en darle la razón los hechos clave que de entonces a acá vienen sucediéndose en la sociedad, en la política y en la generalización de lo imbécil y lo totalitario; es como si los acontecimientos, los políticos y las finanzas copiaran de este libro cada paso que se ha venido dando. Y por decir entonces lo que hoy está pasando llamaron tremendista delirante a Debord, pero alecciona releerle medio siglo después para darse cuenta de todo el tiempo que hemos ido perdiendo y perderemos para que otros ganen la historia y su ranchito en este mundo.
Sinónimo de obsceno es deshonesto , dijo Otavito zambullido en el diccionario por enredar un rato. Así que honesto es lo contrario. Y la honestidad es esa medalla que no deja de lucir el político ante el cerro de colegas que consagran la boyante corrupción sistémica, la de urbi et orbi , vamos. «La mayoría de políticos somos honestos», insisten muy ofendidos exhibiendo su vocación de servicio, entrega y tal y tal. Entonces Otavito volvió al diccionario por ver cómo define al «honesto» y soltó una carcajada desconcertante: Mirad, para ponerse medalla de honesto la RAE dice que hay que ser «decente, decoroso... recatado, pudoroso... razonable, justo... probo, recto, honrado». Así la cosa, será peliagudo examen para la tropa política y la tripa del sistema, concluyó. ¿Quién creéis que lo aprobaría entre políticos del acá cazurrés o del acullá nacional e internacional?... ¿y a cuántos inhabilitarían las tres iuris precaepta que resumen todo el Derecho Romano: honeste vivere, alterum non laedere y suum cuique tribuere ?, o sea, vivir honestamente, no dañar a otro y dar a cada uno lo suyo ?... Y nos dejó royendo estaca.