Leed a Ortega
Hace noventa años decía Ortega y Gasset (o uno de los dos) que el problema catalán jamás se solucionaría y que hay que conllevarlo , verbo en desuso que pide reanimarse al significar: soportar con resignación una enfermedad, una pena o una situación que no satisface completamente . No quiere decir un trágala; es más un «vamos a llevarlo bien y con el menor daño posible», conllevar, convivencia cortés de opuestos, porque ¿a qué viene, si no es para envilecerse, ese andar perreando todo el rato, el pensar sólo en putearse y el boicotear todo lo que se pueda?... Y añadía Ortega que también tenían su problema catalán los ingleses, belgas, alemanes, italianos, eslavos... toda Europa, salvo Francia, cuyo centralismo napoleónico trabó su identidad nacional; y que en todas las demás naciones sus conflictos regionales también eran viejos y perpetuos... pero aceptaron conllevarlos .
Pese a que algo de bueno y de pasión ha de tener la obra de Ortega (y la de Gasset) cuando habla de España y los españoles, es curioso que la derecha le ignore tanto o más de lo que le repudia la izquierda (bueno para la credibilidad del filósofo). Pero los que se creen fuera de esas dos trincheras tampoco le beben y quizá ni sepan de él. Habrá que leerle, rogó Peláez; sigue teniendo algún magisterio este don José que dio dos mítines en esta ciudad en las elecciones de 1931 convencido de que la república permitiría redimir el cáncer del atraso, la incultura y la pobreza de esta nación tan mal nacionalizada. En el teatro Principal alarmó sobre las pretensiones independentistas de Cataluña y la pervertida utilización que harían los catalanes de la república, como así fue. Y en su arenga en la plaza de toros El Petardo (aquella de madera) abogó por fusionar León con Castilla para replicar en tamaño a lo catalán, lo que cincuenta años después sería una realidad poco real que ahora León repudia con insistencia, pero de aquí a treinta años en que coneguiría su autonomía, ¿no sería mejor conllevarlo apretando ahí las tuercas?, porque coces contra el aguijón nunca resuelven tiberios.